LA REFORMA AGRARIA

Articulo tomado del Periodico El Nacional de fecha 20 de junio 2009



Fue reinaugurado el Centro de Capacitación de la Reforma Agraria [CECARA], ubicado en Santiago. Estuve hace 30 años en la apertura de esa unidad de formación y divulgación. Por tanto, me alegra conocer esta noticia.

Con la promulgación de la Ley 5879 del 27 de abril de 1962, creando el Instituto Agrario Dominicano (IAD), se inicia un proceso de reforma agraria que alcanza los niveles más altos en el gobierno de 12 años encabezado por Joaquín Balaguer. Nuevas leyes agrarias reforzaron este programa que modificó el régimen de propiedad y explotación de la tierra. Como proyecto político acusa tres variables básicas: sus alcances, la compensación y la organización. Afectó, hay que decirlo, el aparato político y la estructura productiva, estimulando el crecimiento conforme la eficacia.

América Latina ha vivido distintas experiencias, con un común denominador. El socialismo ha sido el hilo conductor, lo cual determina sus orígenes. Cabe destacar, en ese orden, las experiencias de México, Cuba, Nicaragua y Chile. En mayo de 1910 se produjo en Morelos, México la insurrección de Emiliano Zapata, al frente de miles de campesinos que ocuparon las tierras en demanda de una reforma agraria. Cuba fue escenario de un amplio programa de reforma en la tenencia de la tierra durante el año 1959, el primero del régimen de Castro, donde fueron afectados los intereses norteamericanos y las grandes plantaciones azucareras, para favorecer otros cultivos alimenticios.

En Nicaragua, el triunfo sandinista posibilitó la repartición de las tierras que pertenecían a la familia Somoza y a sus allegados.

En Chile, Salvador Allende produjo un amplio programa de expropiación a partir de noviembre de 1970, como parte de medidas tan radicales que dieron al traste con el nuevo sistema socialista.

La reunión de Punta del Este, Uruguay, en 1961 fijó la política agraria para América Latina, lo que coincide con la caída de la dictadura de Trujillo. Entre los objetivos de ese acuerdo está el de establecer algunas aperturas políticas y económicas, en prevención de los aires revolucionarios que se respiraban en el continente a raíz del triunfo de la Revolución Cubana.

Este es el primero de cinco artículos en el que me ocupo de la reforma agraria y sus efectos. La utilidad y vigencia de ese proceso es incuestionable.

El necesario retorno al campo y sus riquezas nos conducen a un amplio estudio y mejor divulgación. Sigo apegado a la tierra, que están nuestro futuro. Transformar, procesar y mercadear sus productos es el gran reto.

Eduardo Álvarez

Santo Domingo

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